Una mañana escuché Head Above Water y me puse a llorar en pleno bus camino al trabajo. No fue la primera vez que escuchaba la canción. La primera vez me gustó mucho, me sorprendió su voz por lo hermosa que sonaba, pero sentí que faltaba algo... Pero ese día todo estaba mal para mí. Todo en mi vida estaba siendo un absoluto desastre, y todo al mismo tiempo. Sentía que estaba atado de manos y pies, hundiéndome, que me estaba ahogando sin posibilidad de alcanzar la orilla, sin poder hacer nada, sin tener el control sobre nada, ni sobre mi vida; y ahí fue cuando realmente sentí las emociones que Avril quiso transmitir en su nuevo single, y me tocó profundo, de sorpresa, y fue demasiado tarde para disimular las lágrimas.
Así fue como sentí que empecé a reconciliarme con Avril, y a reconectarme de nuevo con su música. La canción me dió ánimos, esperanzas, fuerza. Si Avril pudo sobrevivir a la enfermedad que casi acabó con su vida, yo puedo salir de toda esta mierdita que me está pasando, que no es nada en comparación a estar postrado en cama por 2 años, lleno de antibióticos, y sin poder hacer nada.
Escuchar a Avril en esta canción fue como volver a un refugio del cual me había alejado, uno del cuál no recordaba la dirección y por eso no podía volver. La última vez que me sentí muy conectado a la música de Avril fue allá por el 2011, cuando lanzó Goodbye Lullaby con canciones como Everybody's Hurts, Wish You Were Here, Not Enough, Goodbye y Remember When, que fueron las que tocaron hondo en mí. Y otras como Push, Stop Standing There y I Love You, que me encantaron por su simpleza, delicadeza y romanticismo adolescente.
Luego llegó su quinto disco, y fue ahí cuando sentí que me desconecté de Avril.
Me gustaron algunas como Seventeen (17), Falling Fast, Hello Heartache y Hush Hush, pero ninguna cabó profundo. El resto de las canciones se quedaron flotando en la superficie, y a varias se las llevó el viento para el olvido. Me quedé decepcionado, bajoneado, insatisfecho. Habían pasado 4 años para eso, y tendría que esperar quien sabe cuantos años más para un nuevo disco. Ahora sé que van a ser más de 5 años, ya que en noviembre se cumplen 5 años del lanzamiento del quinto disco de Avril, y recién a inicios del 2019 saldrá el nuevo.
Una vez más toca esperar un poco más. Y quien sabe con qué nos saldrá Avril.
Más allá del ritmo, estilo, o lo que sea, espero que la música de Avril me inspire, me transmita algo, me haga sentir emociones, me haga querer cantar en la ducha, bailar a escondidas, llorar inesperadamente. Espero que Avril Lavigne realmente esté de vuelta.